De niña en la escuela pasaba la mayoría del tiempo observando, a los profesores, a los cuidadores, y luego por la tarde, en casa, imitaba todos los pequeños movimientos, un soplido de nariz, la manera en la que cada uno colocaba el pañuelo en el bolsillo o en el bolso. Por supuesto me gustaba jugar.
Ahora paso la mayoría de mi tiempo observando, escribiendo, creando y jugando. Y me gusta. Me gusta crear, me gusta vivir, muchas vidas y luego me gusta ponerme detrás de la cámara y ser por un momento sólo el observador misterioso, mirando y escrutando, pero sin aparecer, nunca. Y luego… reaparecer, con un mensaje, algo que gritar, pero despacio, en silencio.
Hay mucho que decir, lo aburrido lo encontráis en el CV.